sábado, 14 de junio de 2014
domingo, 25 de mayo de 2014
Material de apoyo Gametogénesis
GAMETOGÉNESIS
El proceso de formación de gametos en la hembra se denomina ovogénesis (formación de óvulos) y en el macho espermatogénesis (formación de espermatozoides). Si bien ambos procesos son diferentes,
tienen algunas características comunes, principalmente la presencia de meiosis.
Aunque los gametos se
generan por un proceso meiótico, la gametogénesis es más compleja que la
meiosis. Durante la gametogénesis se distinguen 3 etapas:
ETAPA
DE PROLIFERACIÓN
Las células primordiales o
germinales (que darán origen a los gametos) se ubican tempranamente durante el
desarrollo en la gónada. Estas células son diploides y durante esta etapa se
dividen por sucesivas mitosis, dando origen a numerosas células más pequeñas
llamadas gonios (ovogonios y espermatogonios).
ETAPA DE CRECIMIENTO
Los gonios son células muy
pequeñas y con pocas reservas nutricias. Son capaces de entrar en una etapa de
crecimiento que los transforma en citos primarios (espermatocito I y ovocito
I).
ETAPA DE MADURACIÓN
Durante esta etapa se lleva
a cabo la meiosis. Como producto de la primera división se obtienen los citos
secundarios (espermatocitos II y ovocitos II), luego sobreviene la segunda
división meiótica, originándose las células haploides que, en los machos, son
las espermátidas y, en las hembras, los óvulos. En el caso de la espermatogénesis,
los espermátidas aún tienen que sufrir una cuarta ETAPA DE DIFERENCIACIÓN para
convertirse en espermatozoides (espermiohistogénesis).
Lo explicado en líneas
anteriores se cumple en general para ambos sexos, pero hay una serie de
diferencias entre la espermatogénesis y ovogénesis, que serán tratadas a
continuación.
OVOGÉNESIS
Las células germinativas
masculinas y femeninas son descendientes directos de las células germinativas
primordiales, que en los embriones humanos aparecen en la pared del saco
vitelino hacia el final de la tercera semana de desarrollo. Estas células
migran por movimientos ameboideos desde el saco vitelino a las gónadas en
desarrollo, a las cuales llegan hacia el final de la cuarta o comienzo de la
quinta semana.
En la mujer, la etapa de
proliferación ocurre antes del nacimiento. Durante la vida intrauterina , las células
germinales, experimentan varias divisiones mitóticas que dan origen a los
ovogonios. Hacia el final del tercer mes se disponen en cúmulos rodeados de
células epiteliales planas. La mayoría de estas células se diferencian en
ovocitos I, que rodeados de las células epitelianes planas conforman el
folículo primordial.
En el momento de nacer, la niña ya ha
formado un stock de ovocitos I que le durará para toda la vida (200.000 a
400.000). De aquí en adelante el número de ovocitos no aumentará más, sino que
irá bajando hasta llegar a la pubertad con aproximadamente 30.000 ovocitos, por
un proceso de degeneración llamado atresia folicular. En la maduración
postnatal los ovocitos entran en un período de reposo que se extiende hasta la
pubertad. Éstos se encuentran detenidos en profase I debido a una sustancia
inhibidora del ovocito secretada por las células foliculares.
Al iniciarse la pubertad entre 5 y 15
folículos primordiales comienzan a madurar con cada ciclo ovárico. El ovocito I
aumenta de volumen y las células foliculares cambian su morfología para formar
las células de la granulosa. Estas células descansan sobre una membrana que las
separa del resto del tejido ovárico, la teca folicular. Además las células de
la granulosa y probablemente el ovocito secretan una capa glucoproteica, que es
la zona pelúcida.
A medida que continúa el desarrollo
aparecen espacios ocupados por líquido que se fusionan para formar el antro
folicular y, entonces, el folículo se llama secundario. Las células de la
granulosa que rodean al ovocito permanecen íntegras y forman el cúmulo
prolígero o cumulus oophorus. Cuando alcanza la madurez el folículo, que puede
tener un diámetro de 10 mm o más, se llama terciario o folículo de De Graaf. La
primera división meiótica se reanuda poco antes de la ovulación, con la
eliminación del primer corpúsculo polar.
En ese momento, y con cada ovulación,
el ovocito I termina la primera división meiótica, resultando así un ovocito II
(haploide) y un polocito que tienen la importante función de arrastrar material
genético para asegurar la haploidía del gameto femenino. De inmediato, el
ovocito II comienza la segunda división para quedar nuevamente detenido en la metafase.
Esta división meiótica sólo podrá completarse en el momento de la fecundación,
con la consiguiente expulsión del segundo cuerpo polar. De lo anterior se
desprende que el gameto femenino tiene la misma edad de la mujer al momento de
la ovulación.
Óvulo
El citoplasma contiene gránulos de
vitelo, que no es más que una mezcla heterogénea de lípidos y proteínas. En el
ovocito II humano existe una capa llamada zona pelúcida que corresponde a un
material amorfo secretado por las células de la granulosa y el ovocito II, que
químicamente corresponde a una glicoproteína. La función que cumple la zona
pelúcida es evitar la poliespermia.
Por fuera de la zona pelúcida
encontramos la corona radiada, que es un conjunto de células de la granulosa
que se desprenden junto con el ovocito durante la ovulación.
La vida del ovocito II generalmente
es corta. En la especie humana dura alrededor de 48 hrs. y luego degenera.
Se diferencia de la ovogénesis en que
no empieza en la vida fetal, sino en la pubertad. Además, la proliferación es
continua y se mantiene hasta los 50-60 años, cuando empieza a disminuir; el
número de espermatogonios es, por lo tanto, mucho mayor (pueden ser hasta unos
400 millones).
La etapa de crecimiento no es tan
importante como en la ovogénesis, puesto que el espermatozoide es una célula
pequeña, sin mayor función nutricia, ya que su característica es la movilidad.
La maduración ocurre en forma
diferente. El hombre llega a la pubertad con espermatogonios diploides que aún
no han comenzado la meiosis. Estas células se dividen hasta llegar a
espermatocitos I, que rápidamente experimentan la primera y segunda división meiótica.
A partir de un espermatogonio
diploide, se obtienen pequeñas células haploides redondeadas e iguales entre
sí: las espermátidas. Éstas deberán cumplir una etapa de diferenciación
(denominada espermiohistogénesis) para transformarse finalmente en espermios.
El espermatozoide es una
célula pequeña, muy móvil y con muy poco citoplasma. Se puede dividir en 3
partes:
Cabeza
Está constituida por el núcleo
espermático con una delgada capa de citoplasma que lo rodea. En el extremo
anterior existe un casquete o capuchón llamado acrosoma, el que proviene del aparato de Golgi y está lleno de enzimas
hidrolíticas, como hialuronidasa y acrosina, que favorecen la penetración del
ovocito II.
Segmento intermedio
Del extremo posterior de la cabeza
nace una prolongación citoplasmática que contiene un centríolo y gran cantidad
de mitocondrias. Éstas proveen energía para el desplazamiento del
espermatozoide a través del tracto genital femenino, en su trayecto hacia el
óvulo.
Flagelo
Es una prolongación muy delgada que
nace del segmento intermedio. Su estructura está formada por microtúbulos. Con
un patrón estructural 9 + 2, propio de cilios y flagelos.
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La
vida promedio del espermatozoide es breve (en la especie humana, no más de 72
horas).
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lunes, 12 de mayo de 2014
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